jueves, 23 de febrero de 2017

Expertos en LIJ.

DÍA 12:

Siempre que pienso en "expertos", me viene a la mente la etimología de la palabra y su entronque inevitable con la EXPERIENCIA. Experto es el que tiene experiencia.

Los bibliotekarios,"eskolares" (se nos está yendo de las manos lo de la K) entre otras cosas, hemos de ser "expertos en LIJ" (también en lectura, en tratamiento de la información, en redes sociales, organización de eventos, sociedad civil y participación...). Pero vamos, sobre todo expertos en LIJ.

La semana que viene P. ha de entregar su Trabajo Fin de Máster en Literatura Juvenil en la Universidad de Zaragoza. Lleva unos días insoportable.

Nos encanta investigar, aprender, reflexionar... pero en esta aventura de la LIJ (supongo que como en muchas otras...) hay dificultades añadidas que a estas horas -casi a punto de cerrar la biblioteca- vamos a escupir aquí a ver si así se nos hacen algo más digeribles...

En primer lugar para hacerse un experto en LIJ hay que tener TIEMPO. Tiempo para leer. Tiempo para escuchar a los lectores. Tiempo para estudiar lo que dicen los otros "expertos". Tiempo para escuchar los propios pensamientos...

En segundo lugar hay que tener MEMORIA. Diría que casi una memoria prodigiosa. El número de publicaciones LIJ en España cada año es capaz de desbordar la memoria más organizada. Gigas y gigas de información muchas veces inclasificable (en todos los sentidos de la palabra), lo que dificulta aún más el trabajo.

En tercer lugar no hay ESPACIOS. Uno tiene preguntas, intuiciones, dudas, alguna certeza (pocas). A uno se le ocurren objeciones, comentarios, réplicas y contrarréplicas a (casi) todo lo que lee acerca de literatura infantil y juvenil. Pero existen pocos espacios donde compartirlos. Hace tiempo que he descubierto que las redes no son ese "espacio" idílico donde construir el conocimiento común sino que están llenas de malentendidos, malas intenciones, medias verdades y mucha mucha mala leche. Así que uno se queda con sus dudas y sigue adelante...

Por último hay un exagerada DESCOORDINACIÓN. Los distintos sectores que participan de la creación, difusión, crítica y fomento de la literatura infantil y juvenil andan cada uno por su lado y no parece que eso vaya a cambiar. Las editoriales crean planes lectores, los expertos los critican -o creen otros-, los jóvenes se lo "montan" a su rollo recomendándose libros en sus plataformas (blogs, booktubers...), los académicos consignan lo que ocurre pero se mojan poco y mientras los lectores se van perdiendo por el camino...

Seguro que se os ocurren más dificultades para hacerse un "experto" en LIJ. Pero por hoy basta.

P. acabará de redactar su TFM en un par de días. Le enviará una copia a su directora y otra a S. Si S. le da el visto bueno pensará que seguramente el trabajo ha valido la pena.

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